Este texto también se encuentra en Organicamente.
28.6.11
Autoentrega
Este texto también se encuentra en Organicamente.
11.5.11
Optar por el buen o mal humor
Texto: Anahí Flores
Foto: Miguel Sampedro
Muchos somos los que pasamos el año en un contexto urbano y disponemos de unos pocos días para disfrutar de las montañas. Anhelamos ese tiempo y cuando llega, queremos disfrutarlo al máximo. Sin embargo, en nuestra programación no existe el mal clima u otros obstáculos y somos capaces de enojarnos porque llovió toda la semana (imposibilitando un trekking) o bien porque el calor es extremo y los tábanos (que en ciertas regiones reinan durante los días de temperatura alta) nos orbitan alrededor como si fueran nuestros satélites personales y sonoros. ¿Cómo reaccionar si el mal tiempo impide un ascenso? ¿O si una gripe o similar nos "obliga" a quedarnos quietos?
El tiempo no hace una pausa y es nuestra responsabilidad la forma en que lo vivimos (ya sea positivamente o lamentándonos por todas nuestras limitaciones).
Una experiencia interesante que nos permite conocernos más a nosotros mismos consiste en, la próxima vez que por cualquier motivo estemos a punto de entrar en una crisis o en un malhumor básico, darnos un segundo, observar la situación desde afuera (como si fuéramos espectadores de nosotros mismos) y decidir, con lucidez y voluntad de opción, si queremos vivir ese enojo o no (¿va a aportar algo?). La cantidad de energía que se evapora como por arte de magia al enfadarnos es algo importante a tener en cuenta. Al menos, si optamos de vez en cuando por el malhumor, será una opción consciente. Y probablemente el estado de contentamiento más allá de los hechos externos será una constante. No confundir esto con euforia: se trata más bien de un estado que funciona como una agradable música de fondo de nuestra vida.
Precepto moderador: que esta actitud no nos lleve al conformismo.
21.4.11
El ritmo respiratorio al caminar
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Livre pensar do Yôga (blog de São Paulo, Brasil), Refugio Frey.
7.4.11
Poner atención
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blog del Método DeRose
4.4.11
24.3.11
Limpieza post caminata
blog del Método DeRose
10.3.11
Aprovechar la inclinación
24.2.11
Fotos de una clase en el campamento Confluencia (3300 mts)
No creerse el dueño de las montañas
Texto y foto: Anahí Flores
El concepto de la no posesividad es trabajado desde hace milenios. Consiste en algo tan simple como no ser posesivo con los objetos, las ideas, las personas y, en este caso, el entorno. No creer que las montañas están aquí para servirnos y que podemos hacer con ellas lo que se nos plazca. Es más probable que las montañas nos posean cuando estamos en ellas, que la idea inversa…
Incluso haciendo trekking, se percibe la falta de cuidado del ser humano para con su entorno. Basura tirada, fuegos mal apagados, baños improvisados sin cubrir los desechos cuidadosamente como lo haría, por ejemplo, un gato. El mismo hombre que va a la montaña buscando "estar a solas" consigo mismo y con la naturaleza, regresa dejando tras de sí un rastro que demora en desaparecer.
Aunque teóricamente sepamos que el hombre no es el centro del mundo, falta en muchos casos ponerlo en práctica. Cuando vayamos al próximo trekking, cuidemos del medio ambiente:
- encendiendo fuego sólo donde esté permitido, y luego apagándolo;
- llevando de vuelta la basura producida;
- si no hay baños preestablecidos, hacer un hueco en la tierra y luego cubrirlo hasta que desaparezca;
- usando jabones, detergentes, etc, biodegradables;
- caminando únicamente por senderos marcados;
- y si el espacio en la mochila lo permite, juntando la basura que un hipotético visitante anterior haya dejado "olvidada".
Precepto moderador: el hecho de que cuidemos del medio ambiente no implica volvernos insoportables al punto de no disfrutar del paseo.