24.3.11

Limpieza post caminata

Texto y foto: Anahí Flores
En días de calor y senderos de tierra es frecuente que cada paso que damos levante una nube de polvo. A lo largo de la caminata, vamos cubriéndonos de tierra hasta que ropas y piel se tiñen de montaña.
Al final del día, no siempre las condiciones hacen posible bañarse, pero sí limpiar las fosas nasales que, al igual que el resto del cuerpo, han quedado cubiertas de tierra.
Existe un conjunto de técnicas que nos permiten limpiar las mucosas y los órganos internos. En este caso, será útil para sacar el polvo acumulado en las fosas nasales, limpiando, así, los conductos respiratorios.
En una posición sentada y confortable (jamás de pie, ya que la hiperoxigenación puede generar mareos), inspirar lentamente por la nariz y exhalar con fuerza (antes, colocar un pañuelo bajo las fosas nasales). La fuerza para exhalar es abdominal, no facial. La inspiración será lenta y silenciosa mientras que la exhalación, rápida y ruidosa. Repetir varias veces. Por lo menos, los conductos respiratorios se habrán desempolvado y mejorará la respiración en general.
Un detalle para tener en cuenta es que esta forma de limpiar las mucosas nasales tiene un efecto colateral: despierta. Por eso, es mejor realizarla ni bien se llega de caminar, bastante antes de sumergirse, hasta la mañana siguiente, en la bolsa de dormir.
Contraindicación: abstenerse de este ejercicio (así como de cualquier respiratorio con ritmo) si tiene presión alta o problemas cardíacos. Tampoco es recomendado, como la mayoría de las técnicas descriptas en Calidad de vida en las montañas, para hacer a más de tres mil metros de altura.

Este texto también se encuentra en:
blog del Método DeRose

10.3.11

Aprovechar la inclinación


Texto y foto: Anahí Flores
No es novedad que durante un trekking (así como siempre que estamos de pie) la sangre se concentra en las piernas. Hacia donde la sangre va, hay más energía, y eso es ideal para la caminata. Sin embargo, durante la noche es aconsejable darles un descanso y enviar la sangre hacia otras regiones del cuerpo con la finalidad de descongestionar las piernas.
La fuerza de gravedad tiene influencia directa sobre la circulación sanguínea: la sangre siempre se concentrará en el área del cuerpo que esté más próxima del suelo. Sabiendo esto, y ya que las montañas ofrecen relieves variados, podemos armar la carpa en una zona donde el suelo esté ligeramente inclinado. Luego, orientar la bolsa de dormir con la cabeza hacia la zona más baja y los pies en la parte más alta. Durante la noche, las piernas se aliviarán notablemente.
Importante: no ser exagerado, que la inclinación sea sutil, sobre todo si no se está acostumbrado a realizar posiciones invertidas (hablaremos de posiciones invertidas en otra oportunidad).
Contraindicación: abstenerse de este ejercicio (así como de cualquier posición invertida) en caso de tener presión alta o problemas cardíacos. Tampoco es recomendado, como la mayoría de las técnicas descriptas en Calidad de vida en las montañas, para hacer a más de tres mil metros de altura.
Buenos modales: si se comparte la carpa con más gente, consultar si todos están de acuerdo antes de armar la carpa inclinada.
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Refugio Frey, Livre pensar do Yôga (blog de São Paulo, Brasil), Orgánicamente.

Fotos de una clase en el campamento Las Veguitas (3200 mts)

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